Dios permite tiempos de reencuentro, de regresar a los lugares donde hemos dejado de ir. De volver a relacionarnos con quienes dejamos de estar. De retomar lo que hemos abandonado. De volver a recordar lo que hemos olvidado. En fin Dios es maravilloso.
Gracias Señor porque este tiempo en que compartí con mis seres queridos, pude recordar que expresas tu amor a través de ellos y que tenemos mucho aún por hacer, por vivir, por trabajar para tu Reino, por establecer, por agradecer, por perdonar, por amar, por enseñar, por compartir, por entender, por heredar y por entregar.
En cada detalle de la vida por pequeño que sea, vemos tu grandeza.
«Aquello que fue, ya es; y lo que ha de ser, fue ya; y Dios restaura lo que pasó» (Eclesiastés 3:15)
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