domingo, 10 de julio de 2016

La medicina de la palabra


El Señor dijo "yo no he venido por los justos si no por los pecadores"

A las iglesias, los ministros y la congregación misma se nos ha olvidado de donde nos sacó el Señor. Hemos entrado a conocer a Dios y eso nos ha dado autoridad para estar señalando a los demás sin misericordia. El Señor me enseñaba en estos días con un ejemplo natural: una persona enferma puede presentar muchos síntomas y reacciones en su cuerpo que para las demás personas pueden ser desagradables como: vómito, evacuaciones de deposición o de orina, aún en la cama. Algunos llegan al punto que hay que bañarlos, limpiarlos. Sin importar sus síntomas o como llame su enfermedad, los médicos inician los tratamientos pertinentes indicándole que tomar y que exámenes practicarse y si es necesario poner esta persona al cuidado de enfermeras en clínicas u hospitales. Sin embargo, aunque presente todos estos síntomas, no se culpa a la persona por ellos, dado que entendemos que es producto de su enfermedad y es una reacción de ella. Aunque nos cause fastidio o incomodidad. Incluso si es alguien a quien amamos toleramos todo esto y le ayudamos a manejar la situación dándole medicina y llevándole a sus tratamientos. No nos importa cambiar las sábanas manchadas o pasar por tener que soportar olores indeseables.

Esa sería la actitud de alguien que conoce al Señor y que además estuvo enferm@ en alguna ocasión y alguien por misericordia lavó sus síntomas. Esta es una manera incluso de que sanemos nuestro corazón. Saber que si una persona tiene una actitud un comportamiento desagradable, que duele, que lastima, son los síntomas sin culpa de alguien que tiene una disfunción espiritual y necesita atención, ayuda y cuidados. La medicina de la palabra y el tratamiento de la oración son los procedimientos más efectivos que podemos usar con alguien para ayudarle (claro está, si se deja).

Los comportamientos de las personas vienen del estado espiritual en que se encuentran. Son los síntomas de que hay algo en ellos donde la enfermedad (tinieblas ) se está evidenciando. Y esto no es para decir que alguien está poseído. En Efesios Pablo nos enseña que nuestra lucha no es con carne, ni sangre, si no contra potestades... La lucha del médico y las enfermeras y aún nuestra cuando cuidamos a alguien no es contra la persona, es contra la enfermedad.

Es lo que Jesús hacía. La lepra, el flujo de sangre, el endemoniado, el ciego, el sordo.... todos ellos representan a aquellos "enfermos" que Jesús vino a sanar o salvar. El no les preguntaba si ya lo habían recibido. El sólo los sanaba.

Que estamos haciendo La iglesia y los creyentes por los enfermos? Teniendo la medicina que cura y el corazón de médicos para sanarlos? Afirmamos más su enfermedad? O los tratamos con lo que el Señor nos dio para eso? Los despreciamos porque se vomitaron, se hicieron en la cama? O los limpiamos y cambiamos sus sábanas manchadas?
Reaccionemos!! que Evangelio vivimos y predicamos? Cómo estamos terminando la obra que Jesús dejó empezada?

Ahora, hay que tener en cuenta que algunos "nacieron para condenación, para perderse " lo dice Jesús en Juan 17:12 o Judas 4. Es decir, están enfermos y no quieren recibir tratamiento. No quieren recibir la medicina.

Pero hay personas que a pesar de que tienen síntomas que no nos gustan, podemos ver un corazón bueno, actitudes que muestran que no son responsables de su "enfermedad "
En la palabra hay varios ejemplos de quienes estaban llamados para recibir salvación o condenarse. Caín y Abel. Los dos llevaron ofrenda, pero Dios rechazó la de Caín. Esau y Jacob, el primero por ley debía tener la bendición y aunque Jacob engañó para obtenerla, Dios se la dio a él. Saúl y David. En la historia bíblica vemos que Saúl aparentemente cometió menos pecados que David, sin embargo Dios rechazó a Saúl y coronó a David. Pedro y Judas: los dos vendieron a Jesús, uno por dinero y otro por miedo a reconocerlo, pero el Señor permitió que Judas se ahorcara y busco a Pedro para que apacentara las ovejas.

Pablo era el líder de un movimiento de asesinos de cristianos, pero aún así el Señor envía a Ananias a orar por él y que recibiera el Espíritu Santo porque era su instrumento escogido.

Ora y pelea por aquellos que están "enfermos" espiritualmente. Por que el enemigo sabe que son instrumentos escogidos y los mantiene enfermos para que no logren su llamado. Aunque sus síntomas te desgraden o te hayan causado dolor, cumple con la misión a la que estamos llamados, no los entierres más con tu palabra y con el desprecio.

"Amen al Señor con toda su mente, su alma y su corazón y amense unos a otros" ese es el verdadero amor a Dios y al prójimo.

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