En el jardín del Edén Dios entregó la tierra a Adán para labrarla. Era una tierra buena. A todo lo que hizo Dios vio que era "bueno". El no creó la enfermedad, la depresión, la necesidad, los problemas.... todo era bueno y todo fue entregado a Adán y Eva. Todo lo hizo en la luz, a la vista, separando la luz de las tinieblas, porque "que comunión tiene la luz con las tinieblas?
Las cosas cambiaron cuando se creó un diálogo entre el hombre y Satanás. El fruto que comió el hombre no fue una manzana, Si no del conocimiento "del árbol del conocimiento del bien y del mal no comerán". El enemigo irrumpió en la mente del hombre depositando semillas (pensamientos de mal), entonces todo cambió.
Hoy día a pesar de que Jesús vino a darnos su mente, vino a sacar de ella lo malo "porque del corazón salen los malos pensamientos (se piensa en la mente) de homicidio, adulterio, robo... (Mateo 15:19), a pesar de que venció a Satanás en la Cruz, seguimos teniendo diálogos con el enemigo que contaminan nuestra tierra, sembrando semillas de maldad, de duda, de temor, angustia, ofensa, etc. Cuando se consciente un pensamiento se convierte en un sentir y después en una acción. Como me enseñó mi pastor "es un pensar, es un sentir, es un hacer". Todo se origina en nuestros pensamientos.
Dios nos ha enviado a labrar nuestra tierra, a arrancar esa mala hierba y a sembrar su semilla para que de buenos frutos.
"Señor te entregamos nuestra mente; danos la mente de Cristo. Mantén un guarda en ella y toma cautivos mis pensamientos a la obediencia de Cristo. Perdóname cuando consiento a Satanás en mi tierra, ayúdame a deleitarme en ti. Cambia mi manera de pensar para que cambie mi manera de vivir. Desarraigo, derribo, demuelo, destruyo, toda semilla que el enemigo haya sembrado y que haya traído oscuridad a mi vida. Jesús tu eres la luz, alumbra mi entendimiento y dame tus pensamientos para poder establecer el Reino de Dios en mi territorio. Hecho está"
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