miércoles, 13 de julio de 2016

Si te quedas mirando el desierto


El Señor le dijo a los discípulos «alimenten-los ustedes». En medio del desierto y de 5000 personas para alimentar, Jesús quería darles una enseñanza. Era como si les dijera «Yo soy la provisión, yo soy la respuesta. Yo soy quien puede transformar está situación». Como ellos entonces los iban a alimentar entonces? Creyendo que con El estaba la respuesta.

Los desiertos son campos de entrenamiento, son salones de clase, son lugares de capacitación. Si te quedas mirando el desierto, no entenderás lo que debes aprender para salir de él.





Los discípulos le dijeron a Jesús que despachara a la multitud, porque estaban en el desierto y no había donde comprar alimento. Ellos no veían más allá de lo natural. Estaban viendo la imposibilidad. Lo que ellos podían hacer desde su humanidad. Para ellos era imposible alimentar a tantas personas.

Cuando se mira las imposibilidades viene la frustración, la ansiedad y la preocupación. Necesitamos entender y vivir la posibilidad de Dios. Para El no hay nada imposible. No hay corazón que el no pueda transformar, no hay circunstancia que El no pueda cambiar. No hay voluntad que el no pueda doblegar. No hay problema que El no pueda solucionar. No hay dificultad que El no pueda vencer.

EL ES DIOS. EL QUE HIZO LOS CIELOS Y LA TIERRA.

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