martes, 21 de junio de 2016

Reclama lo que es tuyo


Porque el Hijo de Dios, Jesucristo, que entre vosotros ha sido predicado por nosotros, por mí, Silvano y Timoteo, no ha sido Sí y No; mas ha sido Sí en él; porque todas las promesas de Dios son en él Sí, y en él Amén, por medio de nosotros, para la gloria de Dios.   (2 Corintios 1:19-20).

El payaso que animaba la fiesta llamó al primer niño al que debía entregarle su regalito, pero en lugar de dárselo, le preguntó: – ¿Cuál es el animal que come con la cola? – No sé – respondió el niño – Pues todos, porque ninguno se la quita para comer – y todos rieron... 
– Otra oportunidad, ¿cuál es el animal que tiene los hijos con la patas? – No sé – dijo el chico – Pues el pato  – y todos volvieron a reír  – Y la última a ver si te entregamos tu regalo, ¿cuál es el animal que duerme toda la noche con el foco prendido? – No sé –Pues la foca 
– Y no paraban de reír. Entonces el niño tomó el micrófono y preguntó: –¿Y dime tú payasito, cuál es el animal que tiene unos zapatos grandes que lo hacen caminar muy chistoso, una nariz grande y es tacaño y no da ningún regalo? El payaso, temiendo lo peor tragó saliva y con la voz mucho más aflautada dijo: –No sé –Pues el pingüino, porque sus zapatos son unas grandes aletas, su nariz es grande y cuando llega la hora de los regalos nada por aquí y nada por allá, por ser acuático.
Cuando todos reían, el payaso respiró aliviado y dijo entusiasmado: –Ahora vengan todos los niños a reclamar sus regalos. El papá del cumpleañero los ha comprado para ustedes, de manera que venga el hijo y entréguelos por favor, porque el hijo es el único autorizado para darlos, nadie más. Y ningún niño se puede ir sin regalo, ninguno. ¡Ven capullo y reclama lo que es tuyo!
Lo acontecido en esta fiesta es una perfecta ilustración de lo que sucede espiritualmente en la vida cristiana, pues el Padre tiene muchos regalos para nosotros, pero Jesucristo, el Hijo, es el único autorizado para darlos. Jesucristo vino a restablecer la comunión que el ser humano había perdido con el Padre Eterno. Y aunque el hombre a través de la religión ha querido volverse a ligar con Dios el esfuerzo ha resultado en vano.
Precisamente la palabra “religión” viene del latín “religio”, la cual a su vez procede del verbo “religare”, formado de re (de nuevo) y ligare (ligar o amarrar). En resumen, la religión es el intento del hombre por ligarse de nuevo con Dios. Pero en el cristianismo es Dios quien busca al hombre y lo hace a través de su hijo Jesucristo, el único puente, el “Camino” a Él.
Y cuando alguien rinde su vida a Jesucristo recibe “EL REGALO” de Dios junto con todos “los regalos” que Dios tiene para él. Así es que ya no tardes más, ven a Cristo, que es el regalo de Dios para ti. ¡Ven capullo y reclama lo que es tuyo!

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