lunes, 18 de julio de 2016

Ese tesoro es El Señor


«Al que puede hacer muchísimo más que todo lo que podamos imaginarnos o pedir, por el poder que obra eficazmente en nosotros» (Efesios 3:20)

Siempre hemos expresado que Dios es Todopoderoso y que El habita en nuestro corazón. Pero no ha dejado de ser más que una expresión religiosa y costumbrista. La palabra que el Señor nos comparte esta mañana claramente dice que Dios hace mucho más de lo que imaginamos o pedimos y lo hace A TRAVÉS DE NOSOTROS.

Nosotros somos vasijas de barro que contienen un tesoro, lo decía Pablo. Y ese tesoro es el Señor. Para que las cosas maravillosas se revelen en nuestra vida no sólo debemos confiar en el Señor, también debemos confiar en nosotros.

Frenamos la acción de Dios en nuestra vida cuando miramos nuestra naturaleza y limitación. No hay límites para quien entiende la grandeza de Dios en sus vidas.

No somos dioses, pero somos el templo del Dios del cielo y la tierra lo que nos convierte en canales de bendición y gloria. Dios no es un Dios lejano e inalcanzable, es Dios que mora en nosotros y se expresa a través de nosotros. El es parte de nuestra vida, por eso nada podemos hacer sin El.

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