jueves, 23 de junio de 2016

Motivación en nuestros días


"Hermanos no queremos que desconozcan las aflicciones que sufrimos en Asia. Estábamos tan agobiados bajo tanta presión, que hasta perdimos la esperanza de salir con vida. Nos sentíamos como sentenciados a muerte. Pero eso sucedió para que no confiáramos en nosotros mismos sino en Dios, que resucita a los muertos. El nos libró Y nos librará de tal peligro de muerte. En él tenemos puesta nuestra esperanza y El seguirá librándonos" (2 Corintios 1:8-10)

Esta porción nos enseña cosas interesantes incluso para libertad.

La primera de ellas es que Dios no desconoce que en ocasiones perdemos la esperanza. Es natural que en medio de la aflicción, la opresión y estados tan agobiantes que sentimos morir, lleguemos a perder la fe, lleguemos a pensar que no hay solución o que nada mejorará. Muchas veces este estado de desesperanza nos aporta mayor tristeza y temor porque sentimos que le estamos fallando a Dios al sentirnos así. Pero esta escritura nos muestra que aún Pablo, un hombre de fe, un siervo de Dios llegó a sentirse así también.

Lo segundo que aprendemos es que Dios permite estos estados de aflicción para que lleguemos a entender que él es nuestro Dios. Muchas veces las aflicciones vienen cuando ponemos nuestra esperanza, felicidad, expectativa en las personas, en las habilidades, en nuestras fuerzas y llegan momentos donde Dios permite que las personas y todo lo demás nos fallen, para que aprendamos a confiar y depender de él en todo. El es el único que puede darte todo lo que necesitas. Ponemos la mirada en las personas y es lo que más dolor causa a nuestro corazón al ver que no corresponden igual. Y todo esto es necesario aprenderlo algún día para que entendamos de una vez por todas que nuestro amor, compañero inseparable, proveedor, maestro y Padre es el Señor. Hay que amar a las personas es la expresión de Dios en la tierra, pero nada ni nadie tiene que ser la fuente de gozo, felicidad o aún la motivación de nuestros días.

Lo tercero es que esta porción nos devuelve la esperanza. Aunque estemos afligidos y hayamos pasado por circunstancias difíciles, aunque hayamos perdido la fe, Dios resucitará lo que se murió, nos librará de donde sea que hayamos caído, nos librará de la opresión, de la vergüenza, del dolor, de las necesidades.....

Donde está El Espíritu del Señor hay libertad

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