martes, 21 de junio de 2016

Abriendo pozos





Puedes estar abriendo un pozo en este momento, o tener uno del que sacas «agua todos los días». El asunto es si ese pozo está saciando tu sed.

La Samaritana visitaba un pozo, pero Jesús le dijo que ese jamás saciaría su sed. Hay muchos pozos que abrimos en nuestro camino pensando que seremos saciados en alguna necesidad de tipo material, familiar, sentimental o ministerial. Pero todo aquello que hacemos en nuestras fuerzas siempre será secado y nunca llegará a ser un verdadero pozo que llegue a saciar nuestra sed. Será sólo un cúmulo de aguas estancadas.

Lo único que nos puede saciar es la presencia de Dios en nuestra vida y hacer su voluntad. Jesús dijo «el que cree en mi, de su interior correrán ríos de agua viva». Hay quienes se han secado, no hay agua en sus pozos porque todo lo que hacen lo hacen en sus fuerzas y en su voluntad, fuera del propósito de Dios y El no es el agua de sus pozos.

Puedes pagarle a alguien que te de una falsa profecía, puedes comprar un lugar y abrir un supuesto Ministerio, puedes tener cosas materiales, puedes creer que el poder es tuyo, pero si Dios no es el agua del pozo que abres, lo que hagas no pasará de ser una obra de tu carne y lo que se siembra en la carne se cosecha de la carne y lo que se siembra en el Espíritu, del Espíritu se cosecha.


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