viernes, 17 de junio de 2016

Un día los rebaños de las ovejas cubrirán las llanuras

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"Ellos serán apacentados, y dormirán, y no habrá quien los atemorice." 
                                                                                                   Sofonías 3:13.

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Ayer pensamos en los afligidos y en la pobre gente que el Señor ha dejado para que sea una simiente viva en un mundo muerto. El profeta dice de los tales que no harán injusticia ni dirán mentiras. De tal forma que, aunque no tenían rango ni riquezas que los protegieran, eran a la vez incapaces de usar esas armas en las que los inicuos ponen tanta confianza: no podían defenderse a sí mismos con el pecado ni con las sutilezas.

¿Entonces qué? ¿Serán destruidos? De ninguna manera. Ellos serán apacentados y dormirán, y no estarán simplemente libres del peligro, sino que vivirán tranquilos, sin temor del mal.

Las ovejas son criaturas muy débiles, y los lobos son terribles enemigos; sin embargo, en esta hora, las ovejas son más numerosas que los lobos, y la causa de las ovejas siempre está ganando, mientras que la causa de los lobos siempre está declinando. Un día los rebaños de las ovejas cubrirán las llanuras, y no quedará ningún lobo. 

El hecho es que las ovejas tienen un pastor, y esto les da forraje, protección y paz. "No habrá quien" -que quiere decir nadie, ya sea en forma diabólica o humana- "los atemorice". ¿Quién atemorizará al rebaño del Señor cuando Él está cerca? Reposamos en verdes pastos, pues Jesús mismo es alimento y reposo para nuestras almas.


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