martes, 21 de junio de 2016


Momentos de la Vida

Has experimentado esos momentos de la vida en la cual por alguna razón nos sentimos alejados de Dios?, hablo de esos momentos en los que no logramos percibir su presencia o sentimos como que estamos en un desierto en donde todo parece solitario y en silencio.
¿Alguna vez has dicho: “Me siento alejado de Dios”?, es una frase que regularmente ocupamos para referirnos al hecho que nuestra relación personal con Él no está del todo como tendría que estar.
Quizá por alguna razón has dejado de orar, quizá ya no estás leyendo la Biblia como acostumbrabas a hacerlo, quizá el congregarte ahora se te hace un poco pesado y siempre encuentras una buena excusa para quedarte en tu casa.
De pronto te das cuenta que hay ciertas cosas en ti que habían desaparecido, que ahora están volviendo a aparecer. Tú lenguaje está cambiando, tú forma de ver las cosas también, sin darte cuenta de repente te encuentras pensando y viviendo como antes.
No hablo de que ahora ya no eres un cristiano, porque sé que en el fondo de tu corazón reconoces a Dios como tu Salvador, pero ¿También lo reconocerás como tu Señor?
Sentirse alejado de Dios es uno de los sentimientos más duros que el verdadero cristiano puede llegar a sentir. Analizar y darse cuenta que poco a poco su relación con Dios se ha ido apagando, es una de las razones por las que muchos optan en lugar de restaurar esa relación, acomodarse a vivir una vida cristiana fría.
Ser un cristiano frio es no tener la mínima intención de hacer algo por mejorar tu estado de vida espiritual, de servir a aquel que dio su vida por ti, es acomodarse a una vida rutinaria, sin experimentar encuentros especiales con Dios, ni tener una relación diaria con Él la cual puede llevarlo a mejorar en muchos aspectos de su vida y sobre todo a ser usado para un propósito especifico que Dios tiene para cada uno de nosotros.
A veces nos encontramos en esos baches de la vida en la cual simplemente: Nos sentimos alejados de Dios.
Ahora bien, yo te pregunto:
¿Te quedaras en ese estado siempre?, ¿Harás algo por salir de ese alejamiento?, ¿Hay en tu corazón una verdadera intención de mejorar tu vida junto al Señor?
Hoy quiero invitarte a salir de ese acomodo o alejamiento que sientes de Dios; quizá querer salir de allí se te ha hecho muy difícil, quizá en parte tienes la intención de hacerlo, pero tu intención dura muy poco y de pronto te encuentras nuevamente en donde comenzaste.
Sé lo difícil que es querer salir de un acomodo espiritual, querer acercarte nuevamente a Dios y comenzar a tener una verdadera relación personal con Él, también sé que hay muchos que quisieran salir, pero simplemente no han podido, lo han intentado, mas no logrado, y estoy seguro que en más de alguna vez te has sentido defraudado de ti mismo, al saber que aunque quieres no puedes salir de esa rutina y de ese estado tan frio que ya no te deja disfrutar de la presencia de Dios a totalidad o como antes la disfrutabas.
¿Qué hacer para salir de allí?
Primero: Tienes que intentarlo, y si fallas, entonces: vuelve a intentarlo. El inventor Edison dijo: “Peor que muchos fracasos, son pocos intentos”. ¿Cuántas veces lo has intentado?, ¿Fallaste?, ¿Cuántas veces lo seguiste intentando?, la mayoría de nosotros lo intentamos pocas veces y al ver que fallamos en el intento, simplemente renunciamos a intentarlo nuevamente.
“Así que no nos cansemos de hacer el bien. A su debido tiempo, cosecharemos numerosas bendiciones si no nos damos por vencidos”. Gálatas 6:9, Bendiciones , Bendito sea el SEÑOR

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