viernes, 17 de junio de 2016

Dios te prometió




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y he descendido para librarlos de mano de los egipcios, y sacarlos de aquella tierra a una tierra buena y ancha, a tierra que fluye leche y miel, a los lugares del cananeo, del heteo, del amorreo, del ferezeo, del heveo y del jebuseo.  

Éxodo 3:8

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Hay un desaliento generalizado en el pueblo de Dios, pues los últimos meses han sido difíciles por las innumerables situaciones que el enemigo ha provocado en nuestro camino. El pueblo de Dios se siente cansado de luchar, aún se sienten cansados de que les den promesas de parte de Dios. Estamos como el pueblo de Israel cuando Moisés les habló de parte de Dios prometiendo que los sacaría de la esclavitud y los llevaría a una tierra que fluye leche y miel "así que Moisés le dijo al pueblo de Israel lo que el Señor había dicho, pero ellos no quisieron escucharlo más, porque estaban demasiado desalentados por la brutalidad de su esclavitud " (Éxodo 6:9 NTV).

En esas mismas condiciones están hoy los hijos de Dios. Es tanto lo que el faraón los ha oprimido, es tanto lo que ha hecho el enemigo para mantenerlos en cautiverio que ya han perdido las esperanzas. Ya ninguna palabra les alienta, ya ninguna prédica los alimenta, ya nada les da luz para seguir caminando.

Este es el escenario perfecto para recibir liberación de la mano de Dios. Aunque no tengas fuerzas, Aunque ya la palabra no te alimente, Aunque ya no creas lo que los profetas anuncian, Aunque te hayas dado por vencid@ y ya no quieras luchar más... Dios nunca abandona su propósito. Si algún día el te hizo una promesa déjame decirte que aunque tu hayas renunciado a ella, Dios no. El sigue trabajando para que tu la veas manifiesta en tu vida. El nunca deja que su palabra regrese vacía Y regresará cumpliendo el objetivo para el cual Dios la envió, porque El no deja la obra sin terminar.

Aunque el pueblo de Israel ya no quiso escuchar a Moisés y se echaron al dolor de ser esclavos, Dios siguió trabajando por ellos y mandó plagas, mató los primogénitos de los egipcios, les quitó las joyas y se las dio a los israelitas... en fin, todo lo que tenga que hacer Dios para cumplir su plan contigo lo hará, Aunque tú mismo no te unas a su propósito, aunque hayas perdido la fe, Aunque hayas renunciado. En cualquier momento Dios te despertará de tu sueño Y te dirá "Ya llegué Y vine con tu recompensa ".

Podrás pensar que por falta de fe ya no sucederá lo que Dios te prometió, pero es más importante el Nombre de Dios y más fiel su Palabra que lo que sea que se interponga para su cumplimiento. Dios es creador y El no nos necesita para hacer su obra. Si, El quiere que le creamos, pero si por la brutal esclavitud ya no crees, igual El se va a manifestar porque necesita demostrarte que El es Poderoso y que cumple lo que promete, porque sus promesas son Si y Amén en Cristo Jesús.

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