jueves, 4 de agosto de 2016

"Yo tengo planes de bienestar y no de calamidad"

Sin confrontación del pecado no hay rescate. La palabra de Dios nos enseña que Jesús vino a rescatar lo que se había perdido, y lo que se perdió fue por el pecado.

La definición de pecado es errar el blanco. En el jardín del Edén el blanco del Señor fue claro; hizo al ser humano a su imagen y semejanza para gobernar la tierra, ser productivos y multiplicarse bajo el sistema del Reino y el plan de Dios. "Yo tengo planes de bienestar y no de calamidad" (Jeremías 29:11). Cuando el puso al hombre en el jardín era para que él disfrutara de la creación, en la cual no estaba contemplada la aflicción, el dolor, la necesidad... nada de lo que pertenece a las tinieblas. De hecho su primera creación fue la luz.

El plan erró en el momento en que todo lo bueno que Dios hizo fue puesto en duda y tergiversado al comer del árbol del CONOCIMIENTO del bien y del mal.

Lo bueno y perfecto se convirtió en algo contaminando y diferente al plan original.

Así es que mientras no volvamos a ese plan original a pensar y entender en las verdades del Reino sin contaminación y manipulación de la oscuridad (esto es confrontar el pecado), seguiremos anclados y presos en la oscuridad donde el enemigo nos metió.

Jesús dijo YO SOY LA LUZ DEL MUNDO, esa Luz las tinieblas no podrán apagarla. Y esa luz es el territorio bueno y claro diseñado para caminar en la verdad.

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