viernes, 26 de agosto de 2016

La Carrera de la Fé

El evento más esperado: “La Carrera de la Fe”

Bienvenidos al máximo evento. Lo que todo el mundo espera: la carrera de la fe. ¿Los competidores? Tú y yo. Todo mundo espera con ansiedad la salida de este espectacular maratón. Hay gente que espera que el competidor tropiece y no se levante más.
Sin embargo, hay un pódium especial, ¿quiénes son? Más adelante lo sabremos. El autor de hebreos abre este capítulo de manera muy especial. Nos hace imaginar un estadio con muchos competidores dispuestos a correr. No importa quién llegue primero, lo importante es llegar. En el mundo antiguo, Grecia organizaba juegos donde llegaban atletas de todo el mundo. ¿Su premio? Una corona de laurel u olivas.

1 “TENIENDO AL REDEDOR NUESTRO TAN GRANDE NUBE DE TESTIGOS”

Es obvio que en una competencia tendría que haber público que observara el espectáculo, y en sí hay mucha gente que nos observa. Para entenderlo mejor vamos a compararlo con nuestra vida. recuerdas que te dije que había un pódium especial?, ¿quiénes son? El vv. 1 dice, “una gran nube de testigos”. ¿Para qué? Algo me dice que debemos de regresarnos a hebreos. 11 Fíjate bien de quién habla ese capítulo. ¡Claro! de los héroes de la fe. Los testigos son Abel, Enoc, Sara, Abraham, etc. Ellos pueden ser la gran nube de testigos. Tomándolos, claro como ejemplo, simple ejemplo de sus vidas. En las antiguas competencias griegas, cuando un atleta había corrido y ganado tenía derecho de sentarse en las gradas y poder observar a los que todavía competían.

2) “DESPOJEMONOS DE TODO PESO Y DEL PECADO QUE NOS ASEDIA”

Imaginemos: ¿correrías una carrera con un yunque a la espalda, o con un ancla al pie?, ¿correrías con botas vaqueras? Necesitamos correr sin pesos, sin lastres, bien ligeros. Qué pena ver corredores que aún no se han dado cuenta y compiten contra sus propios lastres, traumas, complejos, etc., “Y conoceréis la verdad y la verdad os hará libres” Jn.8:32. Esto significa “el pecado que nos asedia”, no es el pecado que ya hemos cometido, si no el que tenemos por delante, el que podemos evitar. Es como si fuera una carrera de obstáculos, si tiras una valla te descuentan puntos, igual hace el pecado que nos asedia. ¿Qué usa un atleta para correr? Tenis, ropa cómoda que no sea absorbente, etc. Y tú ¿qué usas para esta carrera? ¿Traje de charro? Debes usar lo adecuado, Efe.6:11-17, y para evitar la deshidratación: Jn.4:14.

3)” Y CORRAMOS CON PACIENCIA LA CARRERA QUE TENEMOS POR DELANTE”

Corre bien, con paciencia, la carrera que tenemos por delante. En pocas palabras, ya no tienes que regresar lo que ya has corrido, sino lo que falta por correr. No importa que corras lento, siempre y cuando lo hagas con paciencia. También necesitas una pista. Ahora observa, Jesús ya la hizo para ti. Ya corrió, la pista está lista. “Pues en cuanto Él mismo padeció siendo tentado, es poderoso para socorrer a los que son tentados” Heb.2:18.

4) “PUESTOS LOS OJOS EN JESÚS”

Alguien dijo que “en donde están nuestros ojos allí está toda nuestra atención”. Dice el vr.2, “puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe…” Si Jesús es la meta en esta carrera, entonces no quites los ojos de la meta. ¿Has visto una carrera de caballos? Notas que los caballos usan unas plantillas a los lados laterales de los ojos: es para evitar distraerse con los demás caballos que están a sus lados y mirar solo al frente. Creo que necesitamos unas asas. Tengo un claro ejemplo: Mt.14:29,30. Pedro dijo a Jesús: Señor si eres tú, manda que yo vaya hacia ti, sobre las aguas. Y así fue. Pedro caminó sobre las aguas, pero… se hundió, ¿Cuál fue el problema?, vr.30, “Pero al VER el fuerte viento, tuvo miedo…” Pedro no siguió poniendo los ojos en Jesús, los puso en el fuerte viento. No quites tus ojos de Jesús.
Hace algunos años alguien decía que los jóvenes son sinónimo de inmadurez. Pensaba, la mayoría de la gente adulta piensa que la madurez va de la mano con la edad. Qué error, lo único que va de la mano de la edad son las arrugas y las canas, la madurez no depende de la edad, sino de la responsabilidad. He visto jóvenes de 14 y 15 años que cumplen con sus responsabilidades, al igual que adultos de 35 y 40. Ambos son personas maduras. Seamos responsables y maduros para correr.

CONCLUSIÓN

A veces corriendo no podemos evitar problemas, cansancio y caídas, ¿Recuerdas el pódium especial? Si estás corriendo y alguien que corre junto a ti, te mete una zancadilla, eso no es motivo para abandonar la carrera. Alguien del pódium especial te dice: psss, psss, Hola mira, soy Abel, y también mi hermano me metió una zancadilla tan fuerte que no solo me sacó de la carrera, sino que me mató, pero obtuve mi premio por correr. No te desanimes, sigue corriendo, (Heb.11:4). Y si por más que corres no ves por ningún lado la meta y te detienes desanimado, también del pódium un hombrecito se levanta y te dice: ¡¡Continúa, no importa que no veas nada, continúa! Es Noé el que te grita, (Heb.11:7). Y si llegas a tropezar de cansancio y caes…, alguien no del pódium especial, sino del estrado principal se pone de pie y te aplaude: es Jesús el Hijo de Dios, que te dice: levántate y sigue. “Por qué 7 veces cae el justo, y vuelve a levantarse…” prov.24:16. para que al final puedas decir:
“He peleado la batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor…”

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