martes, 23 de agosto de 2016

Una gota de Dios

Mateo 11:7-12. Hay una grandeza que viene de Dios y otra que viene de los hombres, ambos conceptos están totalmente opuestos, pues la grandeza del hombre corrompe, pero la de Dios santifica, purifica y posiciona. Toda buena dádiva y todo don perfecto viene del Padre de las luces en el cual no hay sombra de variación.

Hay quienes se creen ricos, pero son pobres de corazón. Hay quienes creen tener poder, pero no es más que fuerza humana. Hay quienes creen estar arriba o por encima de otros, pero no es más que ego. Hay quienes creen tener dominio de las personas, pero no es más que manipulación. Hay quienes creen ser reyes, pero no son más que mendigos con corona.

No hay mayor grandeza que ser la gota de Dios en su propio mar. Que ser una partícula de su naturaleza. Una milésima de su amor. Un pedazo de su plan. Una ficha de su diseño. Un minúsculo elemento de su gloria. Un ápice de su sabiduría. Todo esto es más grande, que la grandeza más enorme del hombre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario