viernes, 19 de agosto de 2016

Dios está cerca

Cuando Elías esperaba que lloviera, estaba orando por ello y en adoración. Mandaba una y otra vez a su criado para ver si estaba lloviendo. El esperaba agua para las siembras, agua para los animales, agua para mitigar la sequía.
De repente el criado viene con un informe: «vi una nube del tamaño de una mano» Elías entonces manda a anunciar un torrencial aguacero.
En ocasiones estamos esperando la lluvia, insistimos, oramos, adoramos a Dios esperando que se derrame sobre nosotros esa bendición. Y llegan momentos donde en lugar de esa bendición «vemos nubes» en nuestra vida. Algo oscuro. Vemos una pequeña evidencia de oscuridad. Sin embargo, la fe de Elías convirtió esa oscuridad en la certeza de una gran manifestación divina.
Hay momentos donde el enemigo nos muestra nubes oscuras en nuestro caminar, pero Dios convierte esa señal en lo que tu esperas recibir. Esa pequeña o gran señal «oscura» en nuestras vidas, es el reto de la manifestación de un Dios poderoso que viene con tu bendición en la mano. No hay mejor evidencia que Dios está cerca, cuando el enemigo quiere entenebrecer tu panorama, tus pensamientos.
Dios está anunciando en este día, que esas nubes oscuras en tu vida, serán convertidas en lluvias de bendición. El está convirtiendo la maldición en bendición. El está cambiando el orgullo por la humildad. El odio por el amor. La desilusión por esperanza. La duda por la fe. El dolor por cantos de júbilo. La soledad por gozo. La destrucción por restauración. La escasez por abundancia. La oscuridad por luz. La sequía por tierras abonadas.
Las lluvias divinas vienen sobre tu tierra para regar lo que has sembrado en oración y en fe. Tu tierra empezará a dar fruto. Esas oraciones que han salido de tu boca son semillas que has plantado en tu territorio y así como la lluvia riega la tierra para que la semilla germine y de su fruto, así es la Palabra que ha salido de tu boca, la cual no regresará vacía, porque es la Palabra del Señor que a través de su Espíritu ha colocado en tu boca con gemidos indecibles.
Levantate, anuncia la llegada de un torrencial aguacero en tu vida. La nube que estás viendo no es oscuridad, es el anuncio de que algo está por activar el fruto de tu siembra, de dar a luz. Que algo viene a tu favor.
Corre y prepárate para ese aguacero de bendiciones y respuestas que Dios está trayendo. El enemigo te hizo creer que esa nube era de oscuridad, pero Dios ha dicho «hágase la luz» y una nueva creación se evidenciará ante tus ojos. Otra vez viene el Señor con recompensa, otra vez lloverá sobre tu tierra y esta dará frutos abundantes. Otra vez verás el poder de Dios manifestarse justo ahí donde veías una adversidad. Dios convierte ese ambiente opacado en relámpagos y luces celestiales que alumbran ese nuevo aguacero, ese nacimiento en tu vida.
Detrás de esa nube, hay una bendición. Espérala porque pronto se derramara sobre ti.

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