martes, 9 de agosto de 2016

La razón quita la revelación y el poder

Si Abraham hubiera razonado su vejez respecto a ser padre de multitudes no lo hubiera visto.

Si Sara hubiera razonado su matriz muerta respecto a tener un hijo jamás lo hubiera abrazado.

Si Moisés hubiera razonado una vara respecto a un mar, jamás se habría abierto.

Si Josué hubiera razonado del Jordán desbordado respecto a los pies de los sacerdotes, este no se hubiera detenido. Si también hubiera razonado unas murallas altas y bien aseguradas respecto a las vueltas, los gritos, el toque de trompeta para que se vinieran abajo no habrían entrado a la tierra prometida.

Si David hubiera razonado la estatura del gigante, su experiencia, sus palabras, su armamento respecto a las 5 piedras y la honda jamas lo habría vencido.

Si Jesús hubiera razonado la Cruz, el sacrificio y su inocencia respecto a morir por un poco de pecadores, que además después de todo lo negarían, jamás se hubiera completado la redención.

Ningún hombre de la Biblia que venció, razonó, sólo obedeció.

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