domingo, 21 de agosto de 2016

La Palabra Sembrada

Hay dos opciones: seguimos dando tumbos en la vida, como corchos en las olas del mar, sin fruto, sin destino, sin camino, sin lograr el propósito de Dios, manejados por la suposición y las emociones.. o nos alineamos con sus pensamientos, formas, estándares y voluntad para llegar a donde Dios tiene planeado llevarnos.
Seguimos INVENTANDO maneras de conseguir lo que nos ha sido dado o nos sometemos a como Dios lo quiere hacer.
Seguimos echando la culpa a otros de nuestros resultados o asumimos nuestra responsabilidad y avanzamos hacia el cumplimiento. Es nuestra decisión. Ya Dios nos dio desde antes de la creación TODO.
«HOY te doy a elegir entre la vida y la muerte, entre el bien y el mal. Hoy te ordeno que Ames al Señor tu Dios, que andes en SUS CAMINOS, y que cumplas sus mandamientos, preceptos y leyes. ASÍ vivirás y te multiplicarás y el Señor tu Dios te bendecirá en la tierra de la que vas a tomar posesión» Deuteronomio 30:15-16
Hoy les doy a elegir entre la bendición y la maldición (otra versión).
Que la luz del Señor ilumine nuestro interior y haga reverdecer la Palabra que fue sembrada en nosotros desde antes de nacer, sembrada para dar fruto de Reino. Que esa Palabra alumbre nuestro entendimiento de tal manera que la oscuridad se separe y todo lo que nos tiene velados los ojos del corazón, tenga un rompimiento total y definitivo en este día. Para que podamos avanzar hacia la meta del Supremo llamamiento. Que haya libertad de los pensamientos y presunciones que el enemigo coloca, para desviarnos y retrasar nuestro destino. Ganamos la batalla en nuestra mente. Que todo decreto del infierno sea eliminado y que nuestro ser hoy pueda encontrar de nuevo el jardín del Edén para volver a tener la comunión con el Padre y escuchar sólo su voz. Silenciamos las voces que nos llevan por caminos equivocados y creencias de oscuridad. Que por más que griten, nuestros oídos espirituales estén sordos a esas palabras. Que el Señor se revele claramente a nuestra vida y experiencia y podamos experimentar su gobierno y gloria en nosotros. Hasta hoy el enemigo maquinó, hasta hoy elaboró diseños en nuestra contra, hasta hoy se pronunció en nuestras vidas. Ahora recuperamos nuestra voluntad y la sometemos a la voluntad del Padre, que es buena, agradable y perfecta. Somos libres por el poder de la Palabra y en el nombre del Señor.

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