martes, 27 de septiembre de 2016

Posee lo que es tuyo

«Entonces dijo el Señor a Josué: No temas a causa de ellos, porque mañana a esta hora yo entregaré a todos ellos muertos delante de Israel; desjarretarás sus caballos y quemarás sus carros a fuego» Josué 11:6

Cuando el pueblo de Israel entró a la tierra prometida, tuvieron que vencer 36 reyes. Uno tiene la idea de que entrar a la promesa implica no tener batallas y es algo erróneo. Pues nos tenemos que dar cuenta que cualquier territorio que conquistamos, tiene enemigos, usurpadores que se encuentran «habitando» en ese lugar y van a oponerse a ser sacados, como les pasó a los israelitas con todas esas naciones que se encontraban ahí.

Cuando el Señor les dio la promesa a Israel al sacarlos de Egipto, les dijo claramente que les entregaría la tierra que fluye leche y miel, la tierra de los Cananeos, fereseos, jebuseos y todos los «feos» que se encontraban ahí.

No hay conquista sin guerra. El enemigo desde que entró al jardín del Edén nos despojó de lo que nos pertenece, si vamos a conquistarlo de nuevo, debemos saber que lo haremos en batalla. Lo importante de todo esto es que el Señor dice «los entregaré en tus manos». Es decir, que por muy fuerte que sea tu oponente, el Señor lo debilitará de tal forma que puedas vencerlo. Lo enredará, someterá, pondrá rumores en su corazón, hará lo necesario para que la victoria sea tuya.

Tal vez estás esperando entrar a tu promesa y no te has dado cuenta que ya estás en ella porque tienes batallas. El Señor ya te metió a la tierra prometida, estás pisando tu territorio, pero no lo has notado, porque todos tus enemigos están peleando para no dejarse sacar.

Saca a tu enemigo de tu territorio, porque lo que Dios te prometió ya te lo dio. Saca a los usurpadores de tu bendición y posee lo que es tuyo. Ya no es tiempo de esperar, ni de clamar, ni de preguntarle más a Dios. El Señor ya te respondió, ya te metió en la tierra, ahora conquistala.

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